jueves, 21 de marzo de 2013

Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago


  
José Saramago recogiendo el Nobel (1998)
En 1995 abrió sus ojos al mundo Ensayo sobre la ceguera, del literato portugués premio Nobel de literatura en 1998, José Saramago.
Como bien indica el título, ésta no es sólo una novela, sino mucho más. Es un ensayo profundo,  moral y humano que tiene como hilo conductor una historia a ratos dramática y a ratos cómica basada en un supuesto ficticio que nos invita a pensar.

ARGUMENTO

Un día cualquiera un hombre cualquiera se queda ciego de repente cuando estaba al volante de su vehículo parado en un semáforo en rojo. Rápidamente la gente en la calle le auxilia y un anónimo se presta a llevarle a casa. Cuando su mujer regresa y descubre lo que le ha pasado le acompaña al médico quien, atónito, no encuentra daños físicos ni explicación alguna para la que parece una “ceguera blanca”.   


José Saramago
En los momentos posteriores se van sucediendo más casos como ése, siempre en personas que tuvieron algún tipo de contacto con el primer ciego, y en otras que los tuvieron de aquéllos. Entonces, alarmadas, las autoridades idean una solución para acabar con lo que tiene visos de ser una epidemia y habilitan un antiguo manicomio como sanitario para poner a los ciegos blancos en cuarentena. Aislados del exterior y acordonado el edificio por militares, pasan a estar sometidos a una serie de normas, a restricciones de alimentos y, en resumen, sobreviven como  malamente pueden.
Conforme pasan los días la situación se encrudece con la llegada de nuevos ciegos, la falta de sustento, la ausencia total de higiene y la creciente anarquía en su micro-mundo que deriva en violencia, en el sometimiento de muchos sobre pocos y en una lucha por la supervivencia inimaginable en la sociedad actual.

PERSONAJES

El análisis de personajes es muy significativo en la obra. No conocemos el nombre de ninguno de ellos, y esto es, simplemente, porque el autor nos priva de su identidad más allá de los datos que son relevantes para la historia, igual que les priva a ellos del sentido de la vista, porque cómo se llamen no tiene ninguna importancia. Puede ser cualquiera. En su lugar nos indica para ellos algún dato identificativo en forma de epíteto propio de la oralidad.

"Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos"

Así, el grupo protagonista está compuesto por el primer ciego, la mujer del primer ciego, el médico, la mujer del médico, el ladrón de coches, la chica de las gafas oscuras, el niño estrábico y el viejo de la venda negra.
Cada uno de ellos tiene su lugar en la novela, pero quizá es la mujer del médico la que realmente destaca en el relato, tanto a nivel narrativo como a nivel argumental. Y es que ella es la única que conserva la vista, la única que no ha sido contagiada y por la que conocemos la realidad de lo que pasa en el grupo. La mujer del médico, entonces, se convierte en los ojos del lector y en ella se apoya Saramago para describir e interpretar los hechos.

GÉNERO Y TEMÁTICA

Con dudas podríamos catalogar, además, esta historia extraordinaria como de ciencia ficción porque tiene muchos elementos que hacen pensar en ello. Sin saber las causas ni el porqué de los sucesos nos sumergimos en la lectura de una epidemia catastrófica que amenaza con la destrucción de la sociedad y el mundo tal y como lo conocemos para dar paso a uno primigenio, muy distinto, que pone a prueba al ser humano como especie y lo degrada en masa. La pregunta condicional “ ¿Y sí (...)?” aquí tiene una fundamentación estelar. ¿Y si todos nos quedáramos ciegos de repente? Para responder al supuesto Saramago crea esta novela-ensayo que puede aproximarse mucho a lo que quizá sucedería en tal caso. Nos ha costado miles de años llegar a ser lo que somos como individuos y como seres sociales, hemos creado un sistema, una red de bienestar incomparable a ninguna otra en nuestra trayectoria y hemos evolucionado a lo que hasta ahora es el clímax de la humanidad. ¿Esto es cierto o es sólo una ilusión?  ¿Sobreviviríamos como ciegos en un mundo de ciegos? ¿Seguiríamos siendo seres  civilizados”?

"La muerte anda por las calles, pero en los corrales la vida no se ha acabado"

 Entonces, en el supuesto, la de Saramago es una visión pesimista del hombre, al que muestra débil y vencido con sólo la privación de uno de sus cinco sentidos. De hecho, es esa debilidad vital, ese estado de sentirse perdido en el mundo, uno de los ingredientes que utiliza el autor para provocar la hilaridad en el lector, creando situaciones a la vez tan cómicas y dramáticas que   parecen razonables.
Como vemos, el proyecto de Saramago era muy ambicioso y, no sólo lo plasmó bien, convincente y empático, sino que resulta insuperable al enriquecerlo con temas tan esenciales y trascendentes que el resultado muchas veces parece carente de irrealidad. Así, las relaciones personales en este escenario adverso combinadas con los instintos más primarios como son el de supervivencia, el de la búsqueda de alimento, de cobijo, y el apetito sexual, forman un completo   compendio de aventuras y luchas inherentes a la condición humana. El alimento se verá ligado al poder y el poder a su vez a la violencia; la violencia se entremezcla en el aspecto sexual,  y éste a la muerte. Así, la muerte de unos llevará a la liberación de otros.
Todos estos temas se ven reflejados en la novela de una forma lineal y natural, al igual que otros, más secundarios, como la insignificancia que supone para dos nuevos y ciegos enamorados la diferencia de edad o la propia y ajena apariencia -es decir, el “amor ciego” tomado de forma literal-.

NARRATIVA

Como decíamos, aquí drama y comedia van de la mano y ésto es algo muy de aplaudir en el autor. Cómo consigue, en situaciones límite para los personajes, sacarnos una sonrisa es admirable. Generalmente este efecto lo consigue precisamente al describirnos él como narrador omnisciente o bien a través de la mujer del médico episodios donde la ausencia de vista les hace  actuar como si fuesen niños, débiles, insignificantes; como si con el sentido de la vista hubieran perdido también el del ridículo.  Además, al comportarse como si nadie les viera, cada uno se muestra tal como es, sin reprimirse en nada, sin justificar nada; nadie les puede acusar, nadie se reirá, nadie sabrá muchas cosas personales que en circunstancias normales no se atreverían a hacer. De este modo es esa honestidad pueril unida a la comicidad que supone algunos momentos risibles creados en la novela lo que Saramago utiliza como herramienta para  la combinación de estos géneros tan extremos.
La parábola de los ciegos, de Bruegel, citada en la novela


 Atendiendo al ritmo podemos decir que es bueno, facilitando la agilidad lectora. De hecho, el autor obvia sencillamente aquellos elementos que no son necesarios para la historia y, sin embargo, se recrea en otros muchos que sí significan algo para la comprensión total del relato y su trasfondo. De esta manera vemos cómo el principio de la historia, donde se nos presentan la mayoría de los personajes y se prepara el desarrollo, es muy rápido. ¿Por qué? Porque realmente no son necesarios nombres o apellidos, detalles anteriores a los sucesos ocurridos, o la propia causa de la cadena de cegueras.  

"La vida se entregó a nuestras manos tras habernos hecho inteligentes, y hasta aquí la hemos traído"

A la hora de contextualizar la historia nos es casi imposible ubicarla en un espacio y un tiempo determinado. No sabemos -porque los propios personajes no lo saben- de qué forma transcurre el tiempo, cuándo acaba un día y empieza otro, y tampoco cuál es el espacio que lo enmarca todo, su tamaño o su importancia; es decir, no conocemos si es una ciudad grande, pequeña o incluso un país, ni tampoco hasta dónde se extiende la epidemia. Y no lo sabemos porque no es importante, porque, como sucede con los nombres y algunos datos de los personajes, puede ser cualquiera.
Es más, toda esta carencia de información ayuda a que nos sintamos, como receptores, en cierto modo atraídos por conocer el resultado de todo, y a que se avive el suspense hasta el final, que es, por cierto, inesperado.
En cuanto al estilo, cualquiera que haya  leído algo de Saramago sabrá de lo que hablo cuando digo que cuesta trabajo seguirle. Y es que, no por ignorancia ni por chulería, se permite puntuar el texto como le viene en gana y utilizar las mayúsculas del mismo modo. Según él, escribe simplemente para sí mismo y es por eso por lo que no pone cuidado a la hora de redactar. Quizá haya algo que se me escapa o esto es un embuste, pero no creo que sea coherente presentar así un libro al mundo y que, encima, te den un Nobel. Así, todo lo bueno que tiene el ritmo narrativo se pierde en intentar pausar correctamente el texto, y esto es una pena.
Por otro lado, algo a favor que se ve claramente en el libro es el empleo de refranes y dichos populares, a veces tan sabios y acertados, que acercan y aclaran los conceptos más complicados a cualquier tipo de lector.

LO MEJOR

Sin duda, el planteamiento y el desarrollo de la historia son los puntos fuertes de la novela. La idea -original y bien llevada-, la selección de personajes y los temas -tan propios del género humano que cualquiera puede empatizar con ellos-, y la buena combinación entre drama y humor en un mundo de ficción, hacen de esta compleja narración un libro entretenido y enriquecedor que no deja indiferente a nadie.

LO PEOR

Escena de la película Blindness (A ciegas) basada en la novela
.
A parte del sistema de puntuación propio (que dificulta la lectura y ralentiza el ritmo bien logrado por otros aspectos) y de que por eso mismo muchas veces no sabes qué personaje hace, dice o piensa qué, existe algo en la novela que resulta incómodo (por lo que es y porque es exagerado) a lo largo del relato. Me refiero a la escatología. Muchas veces, sobre todo hacia la mitad del libro y durante bastantes páginas, Saramago nos describe la falta de higiene y las condiciones infrahumanas en las que viven los personajes de la cuarentena de una manera nada comedida. Eso, personalmente, creo que sobra, o por lo menos que sea tan repetido.


"Creo que nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven"

Cartel de la película Blindness (A ciegas)

CONCLUSIÓN

Ensayo sobre la ceguera, aunque podamos tener la idea preconcebida de todo lo contrario, es un libro muy entretenido, dinámico, atractivo y profundo. Si dejamos a un lado lo descrito en el párrafo anterior y valoramos el ingenio y el propio contenido, para quienes no lo hayan leído es muy recomendable.

VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA

-          Blindness (A ciegas), del director brasileño Fernando Meirelles. 2008.




No hay comentarios:

Publicar un comentario